Ecce Homo
“He Aquí el Hombre”
Por: René Piñón.
Ecce Homo es un homenaje al Ser Humano dividido en 4 movimientos: Andar, Sentir, Pensar y Hacer. Los cuales están compuestos en proporción al cuerpo humano según el modulor de Lecrouvusier, el cual deriva sus medidas principalmente de la "proporción áurea" en relación con la serie fibonaci. Cabe agregar que el edificio de la ONU esta construido en base a dichas proporciones, descubiertas por los griegos y llevadas al cuerpo humano en modulores de diversos autores de todas las épocas.
Así tenemos pues que las piernas rigen el tamaño y la forma del primer movimiento que es el "Andar", pecho y vientre se relacionan con "Sentir", la cabeza con "Pensar" y brazos y manos con el movimiento conclusivo de la obra, que es el "Hacer". Por lo que frases, partes y movimientos se rigen por medidas de tiempo, derivadas de proporciones del cuerpo humano. Agregando a esto, que los motivos rítmicos y los "tempos" son tomados de ritmos naturales del cuerpo humano, como el pulso, el parpadeo, y la respiración entre otros, los cuales adoptan su postura final en la obra según los diferentes estados que las partes de ésta requieren.
Musicalmente hablando, la obra expone en su primera parte (Andar) un recorrido un tanto minimalista, con temas claros y grandes climax en tutti de la orquesta, mientras que la segunda parte (Sentir) es más eterea, los colores de los instrumentos son fundamento de temas no presisamente melodicos, la tercera parte (Pensar) está serializada, haciendo referencia al pensamiento humano y su complejidad, para fundirse todo al final en el cuarto movimiento (Hacer) en un clímax con temas y motivos de los tres primeros monimientos. Otra característica relevante que enmarca a la obra, son grandes obstinatos, cuya función principal es la de unir esa amalgama de diversos estilos en armonía sonora.
Los cimientos de la obra se fijan sobre las siguientes bases:
LA FORMA
Tomándose a si mismo como molde para desarrollar las medidas correspondientes, Lupino comenzó este experimento desglosando las proporciones físicas de su cuerpo, siempre sobre la base de la teoría de Lecourbusier y su ya tan famoso modulor, así obtuvo como resultantes las series azul y roja con respecto a sus medidas personales, que son las siguientes:
Serie azul: 5.5 - 17.5 - 23 - 40.5 - 63.5 - 104 - 167.5 - 271.5 etc...
Serie roja: 4 - 23.5 - 27.5 - 51 - 78.5 129.5 - 208 - 337.5 etc...
Con a estas series aparecieron ante Caballero las diferentes alturas de los miembros de su cuerpo, cabe señalar la relación de estas series y la fibonaci, que también se logra con la suma de sus dos últimos dígitos, además de que el desfase de estas se realiza por medio de la proporción áurea o de oro, descubierta por los griegos y muy utilizada a través del tiempo por diferentes culturas.
Las principales divisiones del cuerpo en base al modulor de Lecoubusier son las que se logran aritméticamente, estas con respecto al suelo son:
78.5 - 129.5 - 167.5 y 208.
Las cuales miden cada una por separado:
78.5 - 51 - 38 y 40.5.
Estas medidas fueron tomadas para las duraciones de cada uno de los 4 movimientos de la obra, escogiendo el tiempo para establecer la forma por su estabilidad e invariabilidad, en vez de los compases, que mostrarían coherencia geométrica sólo en la partitura, Por lo tanto sólo restaba hacer la conversión de estas medidas en cm (espacio), a minutos (tiempo).
Para que la obra tuviera duraciones coherentes a las proporciones musicales de concierto deseadas por Caballero, Lupino recorrió el punto un número a la izquierda, obteniendo las siguientes medidas:
7.85 - 5.10 - 3. 80 y 4.05.
Ahora solo restaba hacer la conversión de los decimales, en proporción de 100 que es la base en cm del metro, a 60 que es la base en segundos del minuto, así por fin se obtuvo la duración en minutos de cada uno de los movimientos.
Andar: 7 min. 51 seg.
Sentir: 5 min. 6 seg.
Pensar: 3 min. 48 seg.
Hacer: 4 min. 3 seg.
De igual manera se transformaron las demás divisiones del modulor a segundos, encontrando así algunos lugares claves donde cada movimiento sufre transformaciones o en donde aparecen clímax. El movimiento con más puntos importantes de división es el Andar, ya que a él corresponden las cantidades más pequeñas de las series roja y azul, por lo que la duración de los temas y partes de este movimiento se rigen casi en su totalidad por las medidas tomadas de estas dos series que conforman el modulor. Estos puntos o nodos los ha interpretado Caballero como cambios de panorama, de alguna manera en forma similar a los cambios de panorama que acontecen al andar. Por otro lado, Lupino a interpretado el andar como avance y por lo tanto también cambio o transformación; “el sentir” sólo tiene un nodo o punto de cambio en su exacta mitad, justo en el ombligo del cuerpo humano, lo cual representa una dualidad en verdad conveniente para la filosofía de la obra de Caballero, la cual se rige bajo el licantropico concepto de lobo - hombre, además de que el sentir por lo general se relaciona con un ente aparte de nosotros, sea este pareja, madre, dios o lo que sea, incluso uno mismo dividido en el espejo del narcisismo, la forma de este movimiento es una variación de palíndromo; el pensar y el hacer no contienen nodos, por lo que la forma de estos fue mucho mas libre que la de los otros movimientos
Estas son las divisiones en tiempo de los diferentes movimientos de la obra:
Andar: 0.24, 0.33, 1.45, 2.18, 2.21, 2.45, 4.03, 5.06, 6.21, 7.51.
Sentir: 2.53, 5.06.
Pensar: 3.48.
Hacer: 4.03.
EL RITMO
El corazón lento o agitado, se mueve siempre en ciclos de 3 unidades, una débil, una fuerte y una en silencio.
La respiración lenta, esta relacionada con unidades de 8 tiempos irregulares por su separación, la cual se da, en I (inhalación) y E (exhalación), de la siguiente manera: 3 = I y 5 = E, o incluso mejor 3 = I, 3 = E y 2 en reposo. Al aumentar la velocidad de la respiración, o agitarse la misma, el patrón parece querer cambiar a partes iguales por I y E, pero no es así, las proporciones permanecen a 3 – 5 ó 3 – 3 – 2 , sólo más aceleradas. Sin embargo, cabe mencionar que los momentos de reposo pueden prolongarse por unidades de tiempo indefinidas en momentos de poca o nula agitación física.
En cuanto al parpadeo y el salivar, factores rítmicos de nuestro cuerpo también, no logró Caballero encontrar un patrón, en caso de que hubiese uno, es probablemente de una complejidad considerable. Sin embargo, sí noto éste un aumento del uso de estos factores físicos en diferentes circunstancias, por ejemplo:
· El salivar aumenta conforme nuestra boca aumenta sus momentos abierta, por ejemplo al hablar.
· El parpadeo aumenta conforme nuestros ojos aumentan su cambio de posición.
· Por lo tanto, entre más quietos estemos, menos salivar y parpadeo acontecerá y viceversa.
LA TEMPERATURA
Esta también se determina según el cuerpo se mantenga en movimiento o en reposo, independientemente del clima que obviamente afecta también.
Esta obra fue creada bajo el estimulo brindado por el CONACULTA a través del ICHICULT y su programa de estímulos “David Alfaro Sequeiros” en la categoría de Jóvenes Creadores en el 2004.